GIVI Magazine - Noviembre de 2010 - ITA

28 MUJERES MOTORISTAS de Annalia Martinelli 29 “Así es como viajaba sola en mi BMW R100Gs durante 23 meses” Miriam Orlandi partió en octubre de 2008 y regresó a su casa el 11 de septiembre de 2010, después de cruzar el continente americano equipada con un casco y accesorios de equipaje GIVI. de octubre 2008 de septiembre 2010 Munich: “Salgo por la mañana, temprano, como de costum- bre... Lleno el tanque con gasolina, compruebo la presión de los neumáticos, y luego conduzco despacio y con cuidado: son muchos los motoristas que han tenido un accidente en su vuelta a casa. ¡Con cuidado, Miriam!”. Es así como se inicia el último día del largo viaje de Miriam Orlandi, de 39 años, la joven osteópata y fisioterapeuta de Brescia, quien, durante 23 meses viajó con su motocicleta por la mitad del globo: Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Bo- livia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nica- ragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México, Estados Unidos, Canadá y Alaska. Partió el 11 de octubre de 2008 y regresó a su casa el 11 de septiembre de 2010, incluyendo una gira final por Alemania. Un total de 51.800 kilómetros. Todo está documentado en su página web y blog http://www.ioparto.eu/ blog, que registra un promedio de 300 visitantes al día. La aventura de Miriam fue de largo alcance y GIVI la copro- tagonizó. De hecho, la motorista señala: “Yo conduzco una BMW R100GS, con un motor de 1000cc y pesa 250 kg. Las complicaciones de llevar mis cosas en un vehículo de este tipo por las Américas, durante 23 meses, pudieron haber sido arduas. En cambio, fueron aliviadas por los accesorios suministrados por GIVI: las maletas E41 KEYLESS, una bolsa sobredepósito y un casco. Las E41 están inteligentemente equipadas con paneles de acceso superiores, que fui capaz de utilizar como una espe- cie de ‘armario’ mientras acampaba. Cuando estaba esta- cionada, los usaba como cajones para acceder a los objetos fácilmente. La bolsa de depósito me servía como mochila para ir de excursión a pie. El casco X01 me permitía conducir durante ocho horas sin parar y sin tener que llevar gafas de sol, ya que este modelo tiene un parasol integrado.” A veces, las vacaciones son agradables, pero la memoria puede empañarse por algunas molestias insignificantes. Sin embargo, en el caso de Miriam, su libro de recuerdos está lleno de vivencias positivas. “El motivo de mi viaje fue la solidaridad – explica la motoci- clista - no sólo desde el punto de vista de mi profesión como osteópata, que ofrecí a cambio de comida y alojamiento y Miriam completó casi 60.000 kilómetros en solitario en su viaje en motocicleta, pasando por dos docenas de naciones de América del Norte y del Sur, y haciendo frente a varios dilemas en el camino. Para más información, visite su página web: HYPERLINK “http:// www.ioparto.eu” www. ioparto.eu ] con lo que difundí la idea de que toda persona tiene derecho a la asistencia sanitaria; sino también por la hospitalidad re- cibida en los lugares donde las averías inesperadas me obli- garon a parar. De este modo, fui capaz de absorber las diver- sas culturas locales, lo que supuso para mí una experiencia personal increíble. ¡Fue un viaje que debería haber durado 10 meses, pero que me mantuvo fuera de Italia durante 23!” Es una historia extraordinaria, incluso para una mujer como ¡No sé qué ponerme! Esta es la frase habitual de casi todas las mujeres cuando se enfrentan a una cita inusual. ¿Cómo resolvió Miriam el dilema del armario, teniendo en cuenta que se fue de Brescia y cruzó diferentes latitudes, climas y costumbres para llegar, casi dos años más tarde, al Círculo Polar Ártico? Pues con menos de lo que la mujer italiana de media guarda en una maleta para pasar un fin de semana en la playa. Sin embargo, todas las prendas de vestir eran absolutamente técnicas: “Dos pares de pantalones de motociclista (para el verano y el invierno), otro par para hacer senderismo, un par de sandalias impermeables, botas para ir sobre la moto, ropa deportiva y camisetas térmicas de secado rápido en 3 horas (2 para el verano y 2 para el invierno), una chaqueta de motociclista con capas para climas fríos y calientes, y un traje impermeable”. ¿Ni siquiera un vestido? “En Argentina, una de mis amigas, una señora de 74 años de edad, me dijo que cada mujer debe tener al menos un vestido, así que me regaló uno negro y tuve que comprarme un par de sandalias plateadas.” Miriam, que está acostumbrada a viajar sola. “De hecho, uno está verdaderamente solo cuando viaja de un destino a otro, porque en cada lugar encuentra una cara sonriente que no vuelve a ver”. Su regreso estuvo marcado por las celebracio- nes en su ciudad natal y su blog. ¿En qué piensa al volver a la normalidad? “En lo agradecida que estoy a GIVI por hacer mi viaje más cómodo y la maravillosa experiencia que ahora puedo describir”.

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